Makiavelo: Malsamoj inter versioj

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Kvankam fakte li neniam diris tion, oni atribuas al li la frazon "la celo justigas la rimedojn", ĉar ĝi resumas multajn de la ideojn enhavataj en la ĉapitro 18a de ''La princo'': nur la rezulto justigas la agadon, kaj tiel oni konsideras ĝin krome la kreinto de la koncepto de la "racio de ŝtato", fundamenta en politiko, kaj kiu reaperos finfine en [[Francesco Guicciardini]] kaj [[Giovanni della Casa]], kvankam nur ĉe [[Giovanni Botero]] ĝi estos disvolvigita kiel doktrino (''Della Ragion di Stato'', 1589). Makiavelo eksponis en siaj ''Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio'' (lib. III, ĉap. 41): «ke la patrio devas esti defendata ĉiam ĉu maldece ĉu glore, kaj per ajna maniero ĝi estos defendita»:
 
{{citaĵo|Tio estas io kiu meritas notadon kaj imitadon fare de ĉiu civitano kiu deziras konsili sian patrion, ĉar en la debatoj en kiuj temas pri la savo de la patrio, oni ne devas atenti pri ajna konsidero al tio justa aŭ maljusta, tio pia aŭ kruela, tio laŭdinda aŭ homtiga, sed male, flankenlasante ajnan alian respekton, oni sekvu tiun vojon kiu savu la vivon de la patrio kaj retenu ties liberecon.}}
{{cita|Esto es algo que merece ser notado e imitado por todo ciudadano que quiera aconsejar a su patria, pues en las deliberaciones en que está en juego la salvación de la patria, no se debe guardar ninguna consideración a lo justo o lo injusto, lo piadoso o lo cruel, lo laudable o lo vergonzoso, sino que, dejando de lado cualquier otro respeto, se ha de seguir aquel camino que salve la vida de la patria y mantenga su libertad.}}
 
[[Dosiero:Firenze.PalVecchio.Machiavelli.JPG|eta|maldekstre|230px|Busto de Makiavelo en la "Palazzo Vecchio" de Florenco.]]
Se considera a Maquiavelo como uno de los [[filosofíapolitika políticafilozofio|teóricospolitikaj políticosteoriuloj]] más notables delde la [[RenacimientoRenesanco]], pues con su aporte se abre camino a la [[modernidadmoderneco]] en su concepción pri [[políticapolitiko]] y a la reestructuración social. Decía que "si una persona desea fundar un estado y crear sus leyes, debe comenzar por asumir que todos los hombres son perversos y que están preparados para mostrar su naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasión para ello."<ref>{{Cita libro|apellidos=|nombre=|enlaceautor=|título=Literature for Composition|url=|fechaacceso=|año=|editorial=Pearson|isbn=978-0-321-82917-7|editor=|ubicación=|página=1299|idioma=Inglés|capítulo=28}}</ref>
 
Tradicionalmente, se ha encontrado una [[aporía]] en el pensamiento maquiaveliano como consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales, los ''[[Discursos sobre la primera década de Tito Livio]]'' y ''[[ElLa príncipeprinco]]''.
 
En los ''Discursos'', Maquiavelo se declara partidario de la [[repúblicarespubliko]], partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que quieren gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo la [[República romana]]), aquella que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político dentro de la esfera pública.
 
Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno, ya sean las buenas; la [[monarquía]], la [[aristocracia]] y la [[democracia]], o las malas; la [[tiranía]], la [[oligarquía]] y el [[gobierno licencioso]], logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen, por lo que son inestables.
 
{{citacitaĵo|Las tres buenas son las antes citadas; las tres malas son degradaciones de ellas,.....la monarquía con facilidad se convierte en tiranía; el régimen aristocrático en oligarquía, y el democrático en licencia. ''[[Discursos sobre la primera década de Tito Livio]]''. Capítulo II, Libro Primero}}
 
Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los ''Discursos'' y ''El príncipe'' considerando que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente desnudaba a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder.
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Además de esto, debe recordarse que ''El príncipe'' presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. En este sentido, la contradicción entre los dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el principado y la república deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.
 
{{citacitaĵo|Por tanto, un príncipe, viéndose obligado a sabiendas a adoptar la bestia, tenía el deber de escoger el zorro y el león, porque el león no se puede defender contra las trampas y el zorro no se puede defender contra los lobos. Por lo tanto es necesario ser un zorro para descubrir las trampas y un león para aterrorizar a los lobos. (Maquiavelo, 1993:137-138).<ref>Torres, Carlos Alberto. [https://books.google.es/books?id=vcGW_89AeaEC&pg=PA25&dq=Maquiavelo+zorro+le%C3%B3n&hl=en&sa=X&ved=0CCgQ6AEwAWoVChMI-OGe3OLGxwIVyDYaCh2-HwhK#v=onepage&q=Maquiavelo%20zorro%20le%C3%B3n&f=false ''Democracia, educación y multiculturalismo: dilemas de la ciudadanía en un mundo global'', pág. 25. Siglo XXI, 2001.] En Google Books. Consultado el 26 de agosto de 2015.</ref>}}
 
Maquiavelo entiende que todo [[príncipe]] debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo este vil y déspota, debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole libertad al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro. Sostuvo que el pueblo, a diferencia de la nobleza y el clero, era la médula de las naciones; sin embargo, este mismo pueblo tuvo que convertirse en cera en manos del político".<ref name=":0">{{Cita publicación|url=https://en.wikisource.org/wiki/1911_Encyclop%C3%A6dia_Britannica/Machiavelli,_Niccol%C3%B2|título=Machiavelli, Niccolò|publicación=1911 Encyclopædia Britannica|volumen=Volume 17|fechaacceso=2021-04-21}}</ref> No obstante, las faltas cometidas por el pueblo sometido a su autoridad "son el resultado enteramente de su propia negligencia o mal ejemplo", pues según Lorenzo de Medici confirma: “El ejemplo del príncipe es seguido por las masas“.<ref name=":1">{{Cita web|url=https://www.marxists.org/reference/archive/machiavelli/works/discourses/ch03.htm|título=Discourses. Chapter XXIX. The faults of the people spring from the faults of their rulers. (1513)|fechaacceso=2021-04-21|sitioweb=www.marxists.org}}</ref>
 
En cuanto a la [[religiónreligio]], y el [[cristianismokristanismo]] en particular, Maquiavelo la consideró como parte de la maquinaria estatal para mantener la justicia y honrar la virtud de sus ciudadanos.<ref name=":0" /> Por ejemplo, los romanos "recurrían a la religión con el fin de inspirar confianza a sus ejércitos"<ref>{{Cita web|url=https://www.marxists.org/reference/archive/machiavelli/works/discourses/ch03.htm|título=Discourses. Chapter XXXIII. To insure victory the troops must have confidence in themselves as well as in their commander. (1513)|fechaacceso=2021-04-21|sitioweb=www.marxists.org}}</ref> o cuando el príncipe Timasiteo "inspiró a la multitud con un sentimiento de religión, y siempre imitan a sus gobernantes".<ref name=":1" /> Según Maquiavelo en los ''Discursos'', los principios de San Francisco y Santo Domingo de pobreza voluntaria y el ejemplo de la vida de Cristo "lograron tanta influencia con la gente, que fueron capaces de hacerles entender que era perverso incluso hablar mal de gobernantes perversos, y que era apropiado rendirles obediencia y dejar el castigo de sus errores a Dios".<ref>{{Cita web|url=https://www.marxists.org/reference/archive/machiavelli/works/discourses/ch03.htm|título=Discourses. Chapter I. To insure a long existence to religious sects or republics, it is necessary frequently to bring them back to their original principles. (1513)|fechaacceso=2021-04-21|sitioweb=www.marxists.org}}</ref> No obstante, Maquiavelo habla con desdén y admiración en ''El Príncipe'' sobre la Iglesia y el Papa, lo que ha llevado a muchos estudiosos a tomar a Maquiavelo como anticristiano que prefería las religiones civiles [[Paganismo|paganas]]. Para otros, como Cary Nederman, ven varias doctrinas cristianas (la [[Gracia divina|gracia]] y el [[libre albedrío]]) como elementos importantes de Maquiavelo.<ref>{{Cita libro|edición=Summer 2019|título=Niccolò Machiavelli|url=https://plato.stanford.edu/archives/sum2019/entries/machiavelli/|editorial=The Stanford Encyclopedia of Philosophy|fecha=2019|fechaacceso=2021-04-21|nombre=Cary|apellidos=Nederman|nombre-editor=Edward N.|apellido-editor=Zalta}}</ref>
 
Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: «todos estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en parte a inferirlo de las palabras y los actos que cumplen, y en parte a imaginarlo» (carta a Francesco Vettori, julio de 1513).